Cocinando sueños

A veces, nos mostramos impacientes con nuestros deseos y anhelos. Queremos que las cosas sucedan ya. Sin esperas. ¡Quiero que mis sueños se cumplan!- decimos-.
(A veces, aunque nos expresamos así, en un ejercicio de sinceridad con nosotros mismos descubrimos que no sabemos siquiera lo que queremos...).
Un rico postre necesita su tiempo de elaboración, su mimo: compramos los ingredientes, los preparamos amorosamente y les concedemos el tiempo necesario de cocción, de horneado...para que el resultado sea un exquisito regalo para los sentidos. (Se me ocurren muchos resultados exquisitos!!)


Pero cocinar ocurre en el mundo material y entendemos que no vamos a encontrarnos un delicioso pastel de chocolate cuando lleguemos a casa, a no ser que alguien se haya ocupado de prepararlo ó comprarlo.
Cuando tenemos un sueño, un deseo, aunque no somos conscientes de ello, también lo cocinamos. Ocurre en un mundo desconocido para nosotros...no es el mundo de la repostería, pero seguro que se le parece... Ese sueño, ese deseo, sigue un protocolo de elaboración similar al que realizamos cuando cocinamos, pero nada de lo que hacemos en ese proceso es consciente, palpable. 
Cuando se nos cumple un deseo decimos: ¡Qué suerte! 
En realidad, ha ocurrido algo importante dentro de nosotros. Hemos incubado ese sueño, lo hemos mimado, alimentado, evocado, imaginado, percibido en nuestra imaginación con los 5 sentidos; hemos confiado en que llegaría a nuestra vida. Hemos lanzado ese sueño a través de pensamiento, sentimiento, intención y se ha manifestado como una rica e irresistible tarta de chocolate.
Te invito a preguntarte hoy qué estás cocinando dentro de ti...qué sueños, qué anhelos y si estás poniendo mimo, atención e intención en ese proceso. Y si no es así...
hoy puedes dar el primer paso para ser conciente de tu poder creador!
¡Disfruta haciendo tus sueños realidad!

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